Tanto Alexandra, la propietaria, como doña Fátima, que vino a entregarnos las llaves han sido muy amables y atentas en todo modo a cualquier cosa que pudiésemos necesitar, incluso nos recibieron con un detalle con fruta, queso y vino. La casa es preciosa, rehabilitada con mucho gusto y dispone de todo lo necesario para pasar unos días, incluídos libros y películas, la conexión wifi es fantástica. Soajo es un lugar maravilloso, muy bien conservado y con un encanto especial, permite disfrutar de la tranquilidad del rural, pero con todos los servicios: panadería, bares y restaurantes, supermercados… y sus habitantes son muy agradables.